Actitudes Complicadas

martes, noviembre 21, 2006

Charla con un Sueño


Otro magnífico relato de Uceda, saboreadlo...


"No tengo ganas de hacer nada hoy. Bueno sí. Dormir. Echarme un rato en una cama dulce, blanca, fresquita, con olor a sueño. Es un poco pérdida de tiempo en el fondo; o no. No sé. El otro día oí que el ser humano se muere si no duerme. ¡¡Se puede morir por no dormir!! Qué grande... Creo que uno no muere por no dormir. Uno se muere porque no sueña y se le seca el alma.
Imagina un mundo de almas secas. No sé si podría imaginarlo; Sí hombre, haz un esfuerzo..., No sé, no puedo. Ayúdame. Espera. Cierra los ojos. ¿Ya? Sí. Bien. Imagina que la gente ya no siente ni padece. Imagina que no llora ni ríe. Imagina un mundo donde los corazones laten al mismo ritmo para siempre. El mismo ritmo perpetuo. Ni acelerones, ni parones. Nadie se sorprende por nada. Nadie se enfada por nada. Nadie mata a nadie. Nadie quiere a nadie. No hay gustos ni disgustos, porque ya nadie está vivo. Ni muerto. O sí. Está muerto por dentro. Como seco. ¿Recuerdas cuando jugabas con las piedras del camino? Sí. ¿Recuerdas esas piedras polvorientas, que te dejaban ese polvo seco y salado en la palma de la mano? ¿Esas piedras grises? ¿Ásperas y lisas? Sí. Recuerdo. Pues así serían los corazones en un mundo sin sueño. Abre los ojos. Ahora, ¿sabes una cosa? Dime. ¿No te parece que, a veces, este mundo se parece mucho a ese? No sé. Es un poco exagerado, ¿no? Puede ser, pero creo, viejo amigo, que al hombre se le está olvidando soñar. Creo que los corazones empiezan a latir al mismo ritmo. Lo malo es que los corazones se están acompasando tan lentamente que el cambio es imperceptible para oídos torpes como los nuestros, sólo los pájaros lo perciben aún. Espera. ¿Por qué los pájaros? Porque los pájaros sueñan a diario, querido; por eso saben siempre dónde encontrar las mejores flores, las más dulces.
¿Sabes por qué cantan los pájaros? Pues ahora no lo sé. Los pájaros cantan para decir dónde están esas flores. Pero a los humanos se nos ha olvidado escuchar. Ya no podemos oírlos. Sólo las abejas, las mariposas y las libélulas pueden hacerlo ya. ¿Y qué pintan las abejas y las mariposas en esto? ¡¡¡Pero bueno!!! ¿No te das cuenta? No. ¡¡¡Pues las mariposas y las abejas se encargan de propagar las flores por el mundo!!! ¡¡¡Si lo diste en el colegio de pequeño!!! Haz memoria!!! Sí, sí. Recuerdo algo parecido, pero, no entiendo muy bien por qué las flores son tan importantes en esto....
¿No lo sabes? No puedo creerte, ¿de verdad no lo sabes? No. No te pongas así viejo. ¿No sabes que el que pregunta es tonto por cinco minutos, pero si no pregunta, es tonto para siempre? Sí. Lo sabía. Pues yo no quiero ser tonto para siempre, y por eso pregunto. Bueno. Tienes razón, perdona querido. Mira, te lo explico. Las flores son la parte más importante del mundo, porque las flores respiran. Y su respiración hizo que sonaran las primeras flautas y trompetas, madres de la música. Porque las flores, hace mil años, tuvieron dos hijas. Dos mellizas. A una, a la que nació antes, la llamaron Belleza, y a la otra, la menor, la llamaron Fealdad. ¿Quieres que te cuente lo que les pasó a estas dos hermanas? Claro, anciano. Cuéntamelo. Bueno, ahí va: ambas hermanas se odiaban y se querían al mismo tiempo. No podían estar sin estarlo. No eran nada la una sin la otra. Pero un día escucharon una vieja canción. La Belleza quedó impresionada por lo hermoso de la melodía, mientras que la Fealdad se rió de su hermana diciendo que aquello era lo más repugnante que había oído nunca. La Belleza abofeteó a su hermana por aquello y ambas se enzarzaron en una pelea que duró más de cien años. Ninguna de las dos ganó, porque ambas murieron de cansancio. Y sus cuerpos en descomposición son los que han alimentados los sueños durante todos estos años. El problema es que como el hombre sueña cada vez menos, los pocos sueños que salen del alma de los hombres, cada vez lo pasan peor para encontrar los cuerpos de las hermanas. Y tú, ¿cómo sabes todo esto viejo? ¿De verdad quieres saberlo? Claro. No sé si debería contarte. No me creerás. Claro que sí. Cuéntamelo. ¿Estás seguro? Sí. Bueno. Yo sé todo esto porque yo soy un sueño hecho realidad que se quedó a vivir en tu mundo hace muchos, muchos años. Y porque incluso a mí, que fui sueño antes que hombre, se me está olvidando soñar."

viernes, noviembre 10, 2006

Recomendación


¿Qué ocurre cuando la vida y la muerte se unen para formar negocio? Muchos dirán que es ahí donde surge el verdadero sentido de la existencia, en la confluencia entre la línea vital y el traspaso, momentáneamente eterno, al estado etéreo de la muerte.

¿Qué pasa cuando es uno mismo el que se ocupa de embalsamar, maquillar y preparar al muerto para la suave marcha, para el traqueteante recorrido por la laguna?

Y, sobre todo, ¿qué importancia tienen para una vida las cosas que, día a día, amilanan y aplacan las ganas de seguir adelante? ¿qué es lo realmente importante y cómo aprendemos a conjugarlo con los golpes de realidad que nos despiertan cada mañana?

Esto y mucho más es lo que cuenta esta brillante serie, A Dos Metros Bajo Tierra (SIX FEET UNDER). Es una serie televisiva norteamericana creada por Alan Ball, el director de American Beauty. Todos sus actores provienen del teatro y se nota, pocas incursiones en el cine y un saber hacer digno de pocos. Cada episodio es una lección implícita, no de moralidad, pero sí de maestría.

Un gusto para las mentes pensantes...