Actitudes Complicadas

martes, enero 16, 2007

No Llegues Tarde


Otro relato de Uceda, sencillamente sublime... Si me permites yo lo titularía: "La Felicidad, o el Arte de Saber Llegar"


"El pájaro me dice que me dé prisa, que voy a llegar tarde. Recuerdo su voz dulce, chillona. Recuerdo sus plumas rojas, azules, sus ojos brillantes, su pancita que se hincha con la fuerza de sus palabras. Recuerdo sus patitas doradas agarradas a la rama del árbol de la ventana. Recuerdo que era tarde, pero no demasiado.

Corro por el camino de piedras blancas. El de siempre, el de todas las mañanas. Mis pies no levantan la polvareda de otros días. Hay humedad. Hace frío. Recuerdo mi aliento convertido en vaho. Me recuerdo de niño jugando a fumar cigarrillos imaginarios con ese mismo vaho. Sonrío.

La helada ha hecho palidecer los árboles y la hierba del camino. El pájaro vuela a mi lado, me dice “corre”. ¿Por qué tanta prisa? Vas a llegar tarde. Una sístole furiosa y constante me hace entrar en calor. Noto la diástole retumbar en mi pecho. Las mejillas se enrojecen, los dedos resbalan del sudor. ¿Por qué tanta prisa? Me detengo. El camino se queda en silencio y sólo oigo mi respiración. El pájaro revolotea. Me mira sorprendido, no te pares. Oigo el aleteo. Oigo mi respiración. Miro a mi alrededor, nada ha cambiado. No hay viento, huele a hierba, huele a vida, huele de color verde.

Comienzo a andar, despacio, tranquilo, por el camino de piedras blancas de toda la vida. El pájaro me dice que vaya más rápido, que llegaré tarde. Le digo que no, que quiero comprobar una cosa. Quiero ver si llego a tiempo llegando tarde, quiero ver si puedo disfrutar del camino, de lo que me rodea, mientras voy a mi destino.

El pájaro se posa en mi hombro, me mira extrañado, me encanta el brillo rojo de sus plumas, ladea la cabeza y parpadea, tranquilo. No dice nada. Silva.

Recuerdo contar las piedras blancas del camino. Recuerdo que hay 43657 piedras blancas hasta mi destino. Recuerdo que cada día paso por delante de ellas sin enterarme, sin saber que están ahí, por miedo a llegar tarde, por miedo a no estar.

Recuerdo llegar tarde ese día. Pero recuerdo que a pesar de llegar tarde, recuerdo llegar a tiempo. Llegué cuando tenía que llegar. Ni más, ni menos. El pájaro me mira tranquilo, sonríe y me dice que he tenido suerte de llegar a tiempo. Puede, pájaro. Puede. Pero creo, que me he dado cuenta de que las personas más puntuales del mundo pueden llegar tarde en la vida, y las más impuntuales pueden llegar pronto. Nunca se sabe lo que vas a tardar en contar las piedras del camino.

El pájaro se ríe. Silva."

5 Comments:

Blogger ANA HIMES said...

Siempre me ha ambrujado DISFRUTAR (sí, Disfrutar con mayúsculas) del camino, observar mis pies, despacito, haciendo sombra en la acera; levantar la mirada y contemplar el imponente y omnipresente cielo.
De vez en cuando también me gusta sentirme pequeña y, casi, insignificante. En serio! Sentirme como esas piedras que Uceda describe en su relato: Ignoradas. Y sí, en ocasiones también me gusta ignorarme a mí misma!
El mundo extraño, dormido, siempre a punto de estallar. Y yo, te juro, algún día, en alguna calle, grité tu nombre y sólo el eco tuvo agallas de contestar. Años luz de destierro. Un beso. Otro para vos.

15:23  
Blogger lexu-jaime said...

Qque suerte tuvo de tener un pajaro de interlocutor, otras veces son las mismas piedras las que te meten prisa y a la vez no te dejan continuar el camino.

Tal vez sean adoquines que no forman parte de ningún camino, es decir, no llevan a ninguna parte.

Congratulations ALberto, pero seguis siendo un gallina

18:54  
Anonymous Anónimo said...

Ola guapa

Por aquí seguimos contando piedras blancas, piedras de todos los colores, a veces hojas y otras veces nubes, otras veces recuerdos o sueños o dedos de manos y pies, entre otros.

He sabido que andarás por aquí pronto. Sé de ti cuando te dejas caer, hablamos de ti, me acuerdo de ti a menudo, a pesar del tiempo y del silencio.

un abrazo,

17:08  
Anonymous Anónimo said...

Hola María!
Me ha gustado mucho el relato de Uceda. No sé en donde leí el otro día que en la vida es mejor trotar como un burro (que no ser un burro, o en todo caso ser un burro como Platero) que galopar como un caballo, porque de está manera te da tiempo a pensar. No sé si esta tontería viene al caso, pero bueno, que un beso muy fuerte para ti y para Javi. Espero que estéis francamente bien. Si habláis con Maribel dadla un beso de mi parte.
Posdata: Saludad también a Paula, a Julia, a Lara, a la pequeña Julia y a Mario si los véis. También a Antonio.
Os dedico un poema que he escrito a ti y a Javi,ci vediamo:

Amistad

Nunca supe quién eras
Y sin embargo fuimos
Dos latitudes hechas
A semejante viento.

Yo nunca te juzgue,
Tú nunca me juzgaste,
Caminábamos juntos
En distintos silencios.

03:32  
Anonymous Anónimo said...

por aquí se espera que ud actualice, dña asturias.

saludos,

19:19  

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